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Explorando la Diversidad de Cactus: Una Guía según sus Espinas

Los cactus, con su distintiva apariencia y su capacidad para sobrevivir en condiciones áridas, han cautivado a entusiastas de las plantas y coleccionistas durante generaciones. Una de las características más notables de estos fascinantes especímenes son sus espinas, que no solo agregan un elemento estético único, sino que también desempeñan un papel crucial en la protección de la planta y en la conservación de la humedad. En este artículo te proporcionamos una guía según la forma de las espinas. Exploraremos los diferentes tipos de cactus según la naturaleza de sus espinas, desde los delicadamente espinosos hasta los efusivamente defensivos. No incluimos todas, pues son muchos tipos de espinas y muy variadas (largas, cortas, de pelitos, finas, gruesas, en forma de garfio…).

Cactus con Espinas Finas:

Cabe destacar que las espinas finas pueden no ser tan inofensivas como parecen, pues tienen una gran capacidad para adherirse a todo lo que tocan (piel, ropa…). Lo bueno es que no se clavan muy profundo, y pueden quitarse con mucha facilidad.

  1. Opuntia Microdasys (Cactus Oreja de Conejo): Este cactus es conocido por sus pequeñas espinas en forma de gloquidios que parecen pelusas blancas o amarillas. A pesar de su apariencia inofensiva, pueden ser irritantes para la piel si se manejan sin cuidado.
  2. Mammillaria Elongata (Cactus Cilíndrico): Presenta finas espinas blancas o amarillentas que cubren su cuerpo alargado, dándole una textura suave al tacto. Estas espinas son flexibles y no suelen causar problemas al tocarlas.

Cactus con Espinas Medianas:

Este tipo de espinas no dan mayor problema cuando trabajamos nuestros cactus utilizando la protección adecuada (guantes).

  1. Echinopsis Chamaecereus (Cactus Sílfide): Este cactus exhibe espinas medianas de color dorado que emergen a lo largo de sus tallos verdes. Aunque son más notables que las espinas finas, siguen siendo relativamente suaves al tacto.
  2. Ferocactus Glaucescens (Cactus Bisnaga Azul): Las espinas de este cactus son más robustas que las de la mayoría de los cactus, pero aún así tienen un aspecto suave en comparación con otras especies de Ferocactus. Son afiladas pero no demasiado gruesas, lo que las hace manejables con precaución.

Cactus con Espinas Gruesas:

Estas son de las buenas. Normalmente no hay porqué pincharse, puesto que son bastante grandes y podemos coger la planta evitando clavárnoslas. A la hora de trasplantar este tipo de cactus puede hacerse sin gran dificultad envolviéndolos en cartones y una manta.

  1. Carnegiea gigantea (Saguaro): Este icono del desierto presenta espinas gruesas y afiladas que pueden alcanzar hasta varios centímetros de longitud. Aunque son imponentes en apariencia, estas espinas son esenciales para proteger al cactus del exceso de calor y de los depredadores.
  2. Echinocactus Grusonii (Cactus Bola de Oro): Conocido por su forma esférica y sus espinas doradas, este cactus tiene espinas gruesas que forman un patrón radial alrededor de su cuerpo. Son rígidas y punzantes, proporcionando una defensa efectiva contra herbívoros y otras amenazas.

Cactus con “Algodón” o “Peluca”:

A mi parecer son las espinas más amables. Incluso se puede acariciar el cactus a favor “del pelo” sin temor a pincharte, salvo en casos como el de la foto, donde además lleva unas espinas medias y largas.

  1. Cephalocereus Senilis (Cactus Viejo): A menudo llamado “cactus viejo” debido a su característica capa de “algodón” blanco que cubre sus espinas, este cactus es un espectáculo impresionante en cualquier jardín de cactus. El “algodón” en realidad son tricomas, estructuras protectoras que ayudan a reflejar la luz solar y a mantener fresca la planta.
  2. Espostoa Melanostele (Cactus Barba de Viejo): Similar al cactus viejo, este cactus presenta una cubierta lanosa de color blanco o grisáceo que recubre sus espinas. Esta característica distintiva le proporciona protección adicional contra la intensidad del sol y ayuda a conservar la humedad.

Cactus con Espinas “de Garfio”:

Particularmente este tipo de espinas me parece que son a la vez inofensivas, así como que hay que ir con cuidado con ellas. Al tener forma de garfio es posible que se enganchen con más facilidad a los guantes, la ropa, la piel (más de una vez me ha “atrapado” ambas manos. Debido a esta cómica situación son los cactus con los que me río cuando me pincho. Sin embargo, debido a la forma que tienen, no se clavan profundo, simplemente “te enganchan”, y son fáciles de quitar (llevando cuidado de no engancharte la otra mano ¡claro!).

  1. Ferocactus Wislizeni (Cactus Bisnaga de Texas): Caracterizado por sus espinas en forma de gancho, este cactus presenta espinas curvas y puntiagudas que pueden engancharse fácilmente en la piel o la ropa. Son más gruesas y rígidas que las espinas de otros cactus, proporcionando una defensa formidable contra herbívoros y depredadores.
  2. Mammillaria Senilis: Este cactus también posee espinas en forma de garfio que se curvan hacia atrás, creando un aspecto distintivo y una barrera de protección efectiva. Aunque pueden parecer intimidantes, estas espinas son esenciales para la supervivencia de la planta en su entorno natural.

Espinas “aplanadas”

Los cactus con espinas aplanadas son una maravillosa manifestación de la adaptación de las plantas al entorno árido y hostil en el que suelen habitar. Estas espinas, a diferencia de las tradicionales que pueden ser puntiagudas y afiladas, se presentan en una forma más plana y a veces incluso tienen una apariencia de hoja. Esta adaptación única les permite maximizar la captación de la humedad del aire y reducir la pérdida de agua a través de la transpiración, ayudándoles a sobrevivir en climas secos y desafiantes.

A pesar de que las espinas aplanadas pueden no ser tan prominentes como las espinas tradicionales en otros cactus, siguen desempeñando un papel crucial en la protección de la planta contra depredadores y en la regulación de la temperatura corporal. Además, su forma plana puede ayudar a reducir la pérdida de agua al crear una capa de protección alrededor de la planta.

Particularmente me gustan este tipo de espinas, pues a la hora de manipular el cactus son más amables. Debido a esta forma particular no suelen ser muy agresivas, a pesar de su aspecto.

Perder el miedo a las espinas

Es común que aquellos que se aventuran en el mundo de los cactus sientan cierto temor ante la idea de clavarse las espinas. La perspectiva de un encuentro no deseado con estas estructuras punzantes puede ser suficiente para disuadir a algunos de explorar más a fondo estas fascinantes plantas. Sin embargo, es importante recordar que, aunque las espinas de los cactus pueden parecer intimidantes, la mayoría de las especies no representan un peligro significativo si se manejan con cuidado y respeto.

De hecho, superar el miedo a clavarse las espinas puede abrir la puerta a una experiencia más enriquecedora y gratificante con los cactus. Al aprender a manipular estas plantas con precaución y delicadeza, se puede apreciar mejor su belleza y singularidad. Además, entender que las espinas son una adaptación evolutiva vital para la supervivencia del cactus en su entorno natural puede ayudar a contextualizar su presencia y a minimizar el temor asociado a ellas. En última instancia, al enfrentar el miedo inicial y abrazar la curiosidad y el respeto por estas extraordinarias plantas, se puede descubrir un mundo fascinante lleno de diversidad y belleza.

En definitiva, los cactus ofrecen una amplia variedad de formas, tamaños y tipos de espinas, cada uno adaptado a su entorno específico y desempeñando un papel único en su supervivencia. Ya sea que prefieras los delicados gloquidios de Opuntia o las imponentes espinas de Saguaro, hay un cactus para todos los gustos en el fascinante mundo de las plantas suculentas.

No te quedes sin disfrutar de las maravillosas floraciones de los cactus por temor a las espinas. ¡Atrévete!

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